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El mes de marzo de 1814 es una fecha para la causa de la Patria en territorio salteño, pues en esa época se inicia la guerra de recursos, conocida también como “La Guerra Gaucha” o “la guerra de los gauchos”. 


Los valles son los múltiples escenarios naturales de esta singular guerra de guerrillas. La confi guración del terreno era factor favorable sobre el cual la astucia y la valentía habrían de decidir a favor de las fuerzas patriotas todas las escaramuzas en las cuales los realistas, irremediablemente eran derrotados.


Las fechas más importantes, cuya conmemoración recordamos, los escenarios, los protagonistas, los hechos, son los elementos valiosos con los cuales se ha montado este verdadero teatro de operaciones. El hombre del lugar, el campesino, el patriota, el gaucho identifi cado con la imperiosa necesidad de ver su propio suelo libre de las invasiones realistas constituyen los elementos indispensables para esbozar este sencillo homenaje. La organización de las milicias gauchas es una obra maestra de la táctica militar, donde el Gral. Martín Miguel de Güemes adecuó los recursos de hombres y bagajes, a las necesidades circunstanciales y topografía del terreno.

 

Marco Histórico

 

Luego de la revolución de Mayo de 1810 que dio origen al primer gobierno patrio una de sus primeras acciones fue enviar expediciones libertadoras a los focos realistas. A Manuel Belgrano le encomendaron las expediciones al Uruguay, al Paraguay y al Alto Perú. A pesar de ser abogado no dudó en tomar las armas en pos de los ideales de libertad. Pero su poca experiencia militar no llegó a buen término. Si bien logró dos triunfos importantes (Batalla de Salta y Tucumán).

 

Las derrotas de Vilcapugio (1o-10-1813) y Ayohuma (14-11-1813) fueron un desastre total y marcaron el fi n del Gral. Manuel Belgrano como jefe del Ejército Libertador del Norte. Cuando el Triunvirato recibió información del desastre sufrido por el creador de la bandera en las dos batallas, tomó la decisión de nombrar en su reemplazo al Cnel. José de San Martín, que el aceptó en suspenso. En consecuencia el gobierno porteño ordenó a Dorrego se encargarse de reunir a los dispersos que llegaban a Salta, para juntar la mayor cantidad de armas y pertrechos y reorganizar las fuerzas para acantonarse en la ciudad. Laborioso y efi ciente, en apenas quince días logro reclutar setecientos cincuenta soldados y organizó un nuevo regimiento el que apodó “Partidarios”. El nuevo regimiento estaba destinado a ser famoso: ese sería el cuerpo que comandaría el General Martín Miguel de Güemes en su célebre Guerra Gaucha.

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