Familias de la comunidad de Atocha, junto a Derechos Humanos y Fundación Anawin, concluyeron un año de formación y fortalecimiento personal para la promoción de vínculos saludables libres de violencia.

Con la realización de 40 encuentros, entre virtuales y presenciales, concluyó la formación anual a padres, madres y adultos a cargo de niños, niñas y adolescentes de la comunidad de Atocha. La propuesta fue desarrollada por el equipo de la Dirección de Formación y Promoción de Derechos Humanos con el acompañamiento de Fundación Anawin.

En cada encuentro, con la participación de 12 personas se trabajó para contener, acompañar y compartir experiencias en el ejercicio de las tareas de cuidado, el desarrollo de autoestima, la resolución de conflictos y la superación a través de la resiliencia.

En el último encuentro, las y los participantes pudieron expresar cómo se sintieron durante el tiempo compartido y la cuarentena, cómo mejoraron sus relaciones personales y cuánto se divirtieron como grupo que pudo crecer y atravesar distintas situaciones en conjunto.

Relaciones interpersonales

Además se trabajó en la importancia de una crianza sin violencia y cómo una comunicación asertiva y fluida con cada integrante de su familia permite potenciar sus relaciones interpersonales. Como cierre de la formación se realizó la entrega de plantas para que puedan utilizar los porta macetas que cada participante realizó.

Entre los temas más destacados, se hizo especial hincapié en la “Resiliencia”, como una actitud ante la vida que brinda la capacidad de superar la adversidad o crisis y salir fortalecido de ella, como así también cuales son las cualidades que se fortalecen ante una crisis y como la resiliencia no es resistir, sino aprender a vivir.

Herramientas

En cada encuentro el objetivo fue conocer la situación emocional que estaban atravesando los y las participantes para sumar herramientas que les permitan generar vínculos saludables libres de violencia, “las emociones son mecanismos que funcionan de manera automática, son impulsos para actuar y reaccionar propias del ser humano.
Cada persona experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, su aprendizaje y de la situación concreta que le toca atravesar”, indicó la capacitadora Mariana Fernández. “En un año muy particular ante la pandemia por COVID-19 cada familia tuvo que atravesar situaciones difíciles, fue un año de pruebas y en conjunto con la comunidad de Atocha nos fortalecimos para acompañar y contenernos mutuamente”, señaló Fernández.

Por otro lado, también se valoró la necesidad tener una autoestima positiva para experimentar bienestar, “sentirse bien y lucir acorde es muy efectivo y saludable, permite crecer y cambiar, es importante sentir amor por uno mismo para ser generador también de una buena autoestima en niños y niñas”, finalizó la capacitadora