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Por Martín Miguel Güemes Arruabarrena

 

¿Es posible una revolución nacional, sin Fuerzas Armadas? ¿Es posible, la Democracia, la República, el Federalismo, la Justicia Social, sin Patriotismo? Basta evocar los dos 25 de Mayo (1809 y 1810), para darnos cuenta que la Libertad y la Independencia, sin Patriotismo, sin civiles esclarecidos, sin Fuerzas Armadas, no se proyecta en el tiempo. Por ello, uscando huellas patrias, me referiré al Potosino Cornelio Saavedra, nacido el 15.09.1759 en el Alto Perú (actual Bolivia), en la provincia de Linares, en la Hacienda de Fombera, bautizado en la Iglesia de Santa Ana de Otuyo, el 16.09.1759, en tierras de argentum. Y también a su compatriota y contrincante Mariano Moreno.

 

Morenistas y Saavedristas ¿apresurados o retardatarios?. En los 70, en el Siglo XX, cuando la historia se transformó en política, en instrumento de la militancia partidaria, ser  aavedrista o Morenista era toda una definición ideológica. Aún hoy, desde los pensadores o historiadores de derecha o de izquierda, el reaccionario Coronel de la Junta de Mayo, o el fogoso jacobino paradigma del progresista, ocupan páginas vehementes sobre sus actuaciones en los primeros pasos de nuestra Patria. Saavedra y Moreno fueron dos emperamentos disímiles, dos estilos metodológicos de hacer política, en el fondo son dos formas de ver la vida pública. Saavedrista o Morenista afirman un entimiento político.Siendo la reflexión histórica un punto de vista sobre la vida política, social y económica de una sociedad, con toda la subjetividad e intento de objetividad propia de quien piensa, siente e imagina una época; recordar y apoyar la actuación del Presidente de la Junta de Mayo, el primer Coronel del Pueblo (en las jornadas arrabaleras, tumultuosas y populares del 5 y 6 de Abril), no quita poder expresarnos sobre su oponente, compatriota de aventuras y desventuras revolucionarias. Ambos, participes necesarios de la Patria Mayor, nuestra América del Sur. Desde la escuela primaria, nos viene al recuerdo, la frase: “¡Se necesitaba tanta agua, para apagar tanto fuego!” Sintetizando la muerte de Moreno en Alta Mar, a bordo de un buque ingles ¿Asesinado? Y la frase: “Dejad que las brevas maduren…” para ubicar la actitud de Saavedra ante el apuro de los jacobinos (Rodríguez Peña, Padilla, Castelli, Monteagudo, jacobinos sin burguesía) por lanzarse a la Revolución, en los días de Mayo.Reflejan estas “anécdotas” el intento de fijar “líneas históricas” en la educación que supimos conseguir después de Pavón (con la victoria de Buenos Aires, y la derrota del interior), y la generación del 80 (aquella del Orden y el Progreso). El progresismo del “numen de Mayo” opuesto al “monarquismo” del contrarrevolucionario militar, es parte de la historia oficial, académica, y de su oponente cultural y político, el revisionismo histórico… De nuestra enseñanza sin matices, sin comprensión de los factores en pugna. De los intereses económicos e ideológicos en acción perturbadora, silenciados por la historia oficial mitrista, con eje en el Río de la Plata.

 

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